Jarabe de menta:
Coseche hojas de menta fresca y lávelas.
Mezcle las hojas con partes iguales de agua y azúcar en una olla.
Lleve a ebullición hasta que el azúcar se disuelva y las hojas liberen su sabor.
Una vez enfriado, cuele el jarabe y úselo para endulzar bebidas, postres o helados.

Hojas de menta con chocolate:
Seleccione hojas de menta tiernas y jóvenes.
Derrita chocolate negro o blanco.
Sumerja cada hoja en chocolate y colóquela sobre papel pergamino para que se solidifique.

Pesto de albahaca y menta:
mezcle hojas de menta con albahaca, piñones, ajo, queso parmesano y aceite de oliva en un procesador de alimentos.
Licue hasta obtener una mezcla homogénea y úsela como condimento para pastas o sándwiches.

Chutney de cilantro y menta:
mezcle hojas de menta, cilantro, chiles verdes, jengibre, ajo, jugo de limón y sal.
Ajuste los ingredientes a su gusto y úselo como guarnición.

Salsa de menta:
Picar finamente las hojas de menta y mezclarlas con azúcar, vinagre y sal.
Servir como condimento para el cordero asado u otras carnes.

Helado de menta fresca:
infusionar la nata con hojas de menta fresca para preparar la base del helado.
Servir como postre o como acompañamiento de una tarta de chocolate.

Menta en productos caseros:
Infunda hojas de menta en aceites para usar en ungüentos o jabones caseros.

Menta en yogur:
Picar finamente hojas de menta fresca y mezclarlas con yogur natural o saborizado.
Disfrútelo solo, con fruta fresca o como salsa para verduras crudas.