El diente de león, también conocido como diente de león común, es una planta muy extendida en nuestro campo que ofrece un sinfín de propiedades terapéuticas y beneficios para la salud.

Utilizado durante milenios para tratar los trastornos digestivos y hepáticos, el diente de león es una excelente fuente de vitaminas A, C y K, así como de ácido fólico, vitaminas del grupo B, inulina y minerales como hierro, calcio, magnesio y potasio.

Las propiedades terapéuticas del diente de león se atribuyen principalmente a su riqueza en compuestos antioxidantes y antiinflamatorios como el betacaroteno, polifenoles, fitol y ácidos clorogénico y chicórico.

Regulación del metabolismo: la abundancia única de nutrientes y compuestos bioactivos del diente de león tiene varios efectos beneficiosos sobre el metabolismo. Ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre, estimular la secreción de insulina, reducir la absorción de grasas y, en consecuencia, reducir los niveles de colesterol.

Digestión mejorada: el diente de león se ha utilizado durante siglos para aliviar la indigestión y prevenir el reflujo ácido. Estos beneficios se atribuyen al contenido de inulina probiótica.

Regeneración del hígado: Uno de los beneficios más significativos del diente de león es sin duda su capacidad para regenerar el hígado y protegerlo de toxinas y exceso de grasa. Esta propiedad también ayuda a desintoxicar el organismo expulsando toxinas y otros residuos.

Prevención de infecciones: Varios estudios han asociado el diente de león con propiedades antimicrobianas y antivirales capaces de prevenir la replicación de virus y bacterias dañinos. El diente de león también ayuda a aumentar la inmunidad.

El diente de león se puede utilizar en diversas formas, incluidas hojas, raíces y pétalos, disponibles en tiendas de hierbas como tinturas, bolsitas de té, aceites esenciales, hojas secas y hojas frescas.

Actualmente, no existen reglas claras sobre la dosificación de los suplementos de diente de león, por lo que se recomienda consultar a un médico antes de tomarlos.

Puedes preparar un té de diente de león con hojas frescas o secas, pero se aconseja no utilizar más de 6-10 gramos de hojas al día. Para hacer un té, deja las hojas en infusión en agua hirviendo durante unos 10 minutos, luego cuela y disfruta.