¿Qué es mejor que comerse un tomate? Sabemos que es un producto versátil, por lo que merece ser conservado adecuadamente y facilitar el proceso de cultivo. A veces una pequeña distracción es suficiente para causar problemas, así que esto es lo que debemos hacer. Puede resultarnos útil seguir los consejos de los agricultores.
Ahora bien, después de haber hecho una astuta premisa sobre las bondades y potencialidades del tomate, encontremos ahora un método importante que se aplicó por primera vez hace dos siglos y dado su éxito hasta el día de hoy se propone, ¿cuál es? Te lo revelamos de tal forma que tú también puedas aprovecharlo. Te acertará inmediatamente, ¿quieres apostar?
Tomates enterrados en otoño: la razón
Los agricultores están activos todo el año pero sobre todo desconfían de las primeras heladas porque si no intervenimos rápidamente corremos el riesgo de arruinarlo todo, así que veamos de qué se trata. Primero debes cavar hoyos de 12 a 18 cm de profundidad y colocar un tomate maduro en su interior. Tapar los agujeros y apisonarlos suavemente para evitar dañar la fruta enterrada.
La capa de tierra que se debe colocar encima del tomate no debe superar los 10 cm. Aislar todo con una capa de hojas o paja de 10-12 cm de profundidad. Los agujeros en los que se entierran los tomates se tapan con cajas y se coloca algo pesado encima para evitar que el viento se lleve las cajas.
Al confiar en este truco, logrará un mayor rendimiento de plántulas. Y además –dicen los expertos– se vuelve más duro y tolera mejor el frío.
Cuando suben las temperaturas y llega la primavera, enseguida notarás como habrá muchos brotes de cada fruto, se retiran las cajas y las hojas y las plantaciones merecen ser cubiertas con una sábana. Esperando un poco más conseguirás las condiciones climáticas para plantar plántulas y se eliminará lo que las protegía. Los tomates tiernos se desentierran y se plantan en el jardín y estarán listos para brindarnos una excelente cosecha.