Ha llegado febrero , trayendo consigo ese aroma ligero pero intenso que anuncia la llegada de la temporada primaveral. Un mes que se sitúa entre el yunque invernal del frío enero y la ligera brisa primaveral de marzo.

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Si febrero es el preludio de la llegada de la primavera, conviene plantearse algunas preguntas relativas a los trabajos a realizar en el jardín , sobre todo para prepararse mejor a la llegada de la primavera. Pero veamos algunos consejos útiles que nos ayudarán en nuestro trabajo.

Febrero, época ideal para retomar las labores de jardinería.

El hombre hace jardinería
Hombre jardinería (fuente Pixabay)

El mes de febrero , antesala de la primavera, es el momento ideal para retomar las labores de jardinería. Es correcto empezar a organizar todos los componentes adecuados que nos serán útiles cuando llegue la temporada de primavera, desde la preparación del suelo, pasando por la fertilización y la siembra, hasta la poda. Evidentemente, para ello es necesario contar con las herramientas adecuadas.

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Aunque las temperaturas siguen siendo frías en este mes, conviene preparar el terreno para la llegada de la primavera. En primer lugar, empieza a labrar la tierra con azadones no demasiado profundos, teniendo cuidado de eliminar todas las malas hierbas. Elimina el mantillo de invierno y las ramas que hayan caído al suelo, empieza a abonar con un abono específico claramente orgánico.

Si vives en una región italiana con un clima templado , incluso en el período invernal, puedes sacar al exterior las plantas más delicadas, aquellas a las que diste refugio durante los meses más duros. Sin embargo, si las temperaturas mínimas nocturnas siguen siendo especialmente bajas, es preferible esperar algunas semanas para evitar daños a las plantas.

La siembra en este mes también ofrece numerosas posibilidades, algunas de ellas se pueden realizar directamente en campo abierto, mientras que otras requieren de un semillero.   Es importante en este caso preparar un abono orgánico para la siembra en el que se mezcla arena o arcilla expandida con la tierra universal.

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Finalmente, el último paso fundamental es la poda. Poda todas aquellas plantas que tengan ramas secas o dañadas por el viento y la nieve   a las que aplicarás cortes limpios y cura las partes cortadas con masilla protectora. Claramente esta operación debe realizarse con tijeras o herramientas bien esterilizadas.