Si tiene una plántula y muestra signos evidentes de enfermedad, como hojas secas, amarillentas, mohosas o en descomposición, deberá seguir ciertos procedimientos para evitar perderla por completo. Lo importante es que no procedas inmediatamente a tirarlo a la basura, quizás puedas salvarlo.
Si tu planta se cultiva en maceta, lo primero que tendrás que hacer será extraerla y quitar la tierra vieja en la que fue plantada y cultivada. Al realizar esta operación, asegúrese de no dañar las raíces de la planta: retire la tierra vieja con extrema delicadeza. En este punto, consigue un jarrón más grande que el anterior.
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Llene la maceta nueva con tierra nueva e inserte la planta vieja en la parte central . Llene la maceta hasta la superficie con tierra nueva y colóquela con cuidado. Toma unas tijeras y desinféctalas. Proceda a cortar todas las hojas y flores secas del follaje de la planta. Toma un vaso de agua y mezcla en él una cucharada de canela .
Vierta el contenido del vaso sobre la superficie de la tierra, asegurándose de que el agua penetre profundamente y no se estanque. Repetir la misma operación una vez por semana. La canela es una especia con excepcionales propiedades antifúngicas y desinfectantes. El líquido a base de especias servirá para revitalizar la planta y eliminar posibles residuos de parásitos o hongos en las raíces y el tallo.
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Después de las primeras semanas deberías notar los primeros signos de mejoría. La planta recuperará fuerzas, las hojas volverán a crecer fuertes y sanas. Asegúrese de que la planta esté en un lugar donde reciba suficiente luz solar y aire. La temperatura también es importante: tu planta puede temer las heladas y necesitarás guardarla en el interior durante los meses de invierno.