Entre los condimentos imprescindibles para potenciar el sabor de múltiples recetas tenemos la cebolla. De hecho, tiene el potencial de añadir cierta profundidad al sabor de los platos. Sin embargo, este condimento no sólo es útil en el ámbito culinario. También es un excelente remedio natural, pero también un gran aliado para nuestras plantas.
Nunca tires las cáscaras de cebolla, recíclalas por el bien de las plantas.
Cortada en rodajas finas, la cebolla es una base suculenta y aromática para los platos. Puedes saltearlo con mantequilla derretida o incluso con aceite caliente. Sin embargo, es posible consumirlo tal cual en sándwiches o incluso ensaladas verdes.
Antes de utilizar una cebolla, debes quitarle la piel y las primeras capas. Eso sí, no los tires, porque estos residuos ecológicos pueden servir para muchas cosas.
De hecho, están llenos de vitaminas y se pueden utilizar en forma de infusión, pero también en caldo. Sin embargo, existen varias técnicas para procesar la piel de cebolla para el cuidado de las plantas.
- Utilice la cáscara como mantillo esparciendo las hojas secas en el suelo. Esto crea una barrera contra la exposición excesiva a la luz solar.
- Prevenir la humedad en el suelo y la formación de malas hierbas rociando el suelo con piel de cebolla.
- Cree un pesticida natural y 100 % eficaz cortando una cebolla en cuartos. Pon los gajos en una licuadora y agrega 4 dientes de ajo sin pelar, un poco de agua y chile en polvo. Mezclar todo y filtrar para obtener un pesticida natural líquido.
- Crea un fertilizante natural usando piel de cebolla. Para ello, basta con remojarlo en agua caliente durante la noche y filtrar al día siguiente. Diluir con agua y humedecer la tierra con ella.
- Haga una hormona de raíz combinando gel de aloe vera e infusión de cebolla. Esto favorece la aparición de raíces de esquejes herbáceos.