¿Cuántas veces hemos intentado cultivar una orquídea y no hemos conseguido mantenerla viva? A veces casi se convierte en una costumbre ver sus flores marchitarse y sus hojas tornarse amarillas.
En realidad, cultivar esta planta no es tan difícil como parece: sólo hay que tomarse el tiempo para descubrir sus características y necesidades.
De hecho, uno de los errores más comunes es equivocarse en los métodos de riego o en la cantidad de errores que muchas veces cometemos de forma inconsciente, pero que provocan que nuestra planta se seque o se pudra.
Descubramos juntos 3+1 formas diferentes de regar nuestra orquídea pero sobre todo, cuándo utilizar una y cuándo utilizar la otra, según la estación, el entorno y el método de cultivo.
Desde arriba
El método más rápido es verter agua desde arriba sobre el suelo de la planta con una regadera.
Este no es un mal método, pero hay que tener mucho cuidado de no mojar las hojas basales de la planta o su cuello: si dejas que el agua se estanque en estos lugares, aumenta el riesgo de pudrición. Por si acaso, aquí tienes algunas sugerencias.
Siempre utilizamos una regadera con pico largo para poder controlar con mayor precisión el chorro de agua y el agua.
También utilizamos este método para regar orquídeas enterradas en corteza o arcilla muy arenosa, de lo contrario, un suelo demasiado compacto puede no poder drenar el agua absorbida desde arriba.
Úselo también especialmente durante los meses más cálidos.
Por inmersión total
El mejor método para regar la orquídea es sin duda la inmersión total.
Úselo especialmente para orquídeas de corteza y orquídeas enterradas, en verano, cuando esta planta necesita mayor cantidad de agua.
Simplemente colóquelo en un recipiente lleno de agua o en un fregadero, al menos hasta la altura del jarrón correspondiente a la línea del fondo.
Déjelo en remojo durante unos 15 minutos y luego escúrralo.
Advertencia: utilice preferentemente agua desmineralizada, sin cal, y prefiera agua que no esté ni demasiado caliente ni demasiado fría, de lo contrario podría provocar un choque térmico.
Tenga en cuenta:< Por supuesto, este método sólo se puede utilizar si su jarrón de orquídeas está equipado con orificios de drenaje<.
Si ha regado demasiado su orquídea y sus raíces se están pudriendo, pruebe la terapia con algodón.
Para “media inmersión”
Este método es adecuado durante el período de cambio de temperatura o cuando las temperaturas aumentan lentamente: este es el método de media inmersión.
Esto implica colocar la orquídea en un recipiente o fregadero con sólo unos pocos centímetros de agua.
Si lo deseas, puedes añadir un poco de agua al platillo y dejar la planta “medio sumergida” durante unos 30 minutos.
De esta forma, la planta no se ve obligada a beber agua, sino que sólo absorbe la cantidad que realmente necesita.
Para la evaporación
¿Alguna vez has visto a los jardineros rociar agua sobre las hojas y raíces aéreas de una orquídea? De hecho, esta planta también absorbe agua del medio ambiente.
Para asegurar una humedad óptima, normalmente puedes pulverizar un poco de agua sobre las hojas de la planta cada 4-5 días (con menos frecuencia si es invierno o si la planta se encuentra en un ambiente muy húmedo).
Gracias a este método, la orquídea “bebe” el agua que necesita.
Úselo si tiene orquídeas colgantes, que no deben enterrarse, o si cree que la planta ya no es capaz de absorber la cantidad adecuada de agua a través de sus raíces “subterráneas”.
Advertencia: si tu orquídea muestra signos de sufrimiento a pesar de estos métodos de riego, puedes pedir consejo a tu florista o jardinero de confianza.