El madroño era uno de los frutos favoritos de nuestros antepasados. Originaria de la región mediterránea, crece en casi todas partes de Italia, pero en las últimas décadas casi ha sido olvidada.

Son muy pocos los afortunados que han probado los madroños, que son casi imposibles de encontrar en supermercados o fruterías. Sin embargo, estas sabrosas frutas, además de ser versátiles, también son muy nutritivas y ricas en propiedades terapéuticas.

La planta del madroño es rica en galato de etilo , un compuesto antibiótico que ayuda a combatir infecciones, resfriados y gripe .

El madroño es útil en la prevención y el tratamiento de la cistitis y la irritación del tracto urinario , pero también de la candidiasis y las infecciones vaginales.

Los frutos del madroño son diuréticos , mientras que las hojas se pueden utilizar para tratar los dolores de garganta .

Son ricas en vitamina C , un poderoso antioxidante, y antocianinas , que tienen propiedades antienvejecimiento y ayudan a combatir infecciones y prevenir alergias.

Las semillas tienen una alta concentración de grasas saludables. La corteza se utiliza en la medicina tradicional como diurético, astringente y antiséptico urinario y renal.