Si tienes un jardín y buscas árboles para embellecerlo, no puedes dejar de valorar la idea de hacerte con un olivo .

Además de ser conocido por sus aceitunas de las que también se puede elaborar aceite, el olivo es un árbol excelente para decorar tu jardín.

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Su particular forma la hace sumamente característica, pero también te permite dar mucha sombra donde la plantes.

Sin embargo, es un árbol bastante caro tanto si se compra como planta en maceta como si se compra ya como árbol adulto.

¿Pero sabías que es posible obtener un olivo sin coste alguno , simplemente partiendo de su corazón ? Este es un método muy sencillo que te permitirá cultivar un plantón de olivo en poco tiempo.

Cómo obtener un olivo a partir del hueso

piedra de plantación de olivo de mar
Olivo – Foto de Pixabay

Veamos pues, paso a paso, cómo obtener un olivo a partir de un hueso de aceituna . Primero necesitas encontrar la aceituna adecuada.

El candidato ideal debe ser bastante maduro, grande y con una superficie brillante. Muchas aceitunas tienen forma irregular y a menudo tienen manchas, por lo que no les va bien.

Una vez hayas elegido el perfecto, tendrás que eliminar toda la pulpa hasta tener un hueso bien limpio. Para limpiarlo mejor puedes utilizar una esponja para fregar los restos de pulpa.

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Lo que muchos no saben es que las aceitunas en la naturaleza casi siempre son consumidas por los pájaros. Esto significa que incluso su piedra es digerida por el pájaro, y una vez defecada dará vida al árbol más fácilmente.

Por este motivo, muchos agricultores utilizan este viejo truco para simular la digestión de la aceituna por parte del pájaro.

Este truco consiste en colocar la piedra en un vaso lleno de vinagre , dejándola en remojo durante unas 2 horas. Luego se enjuagará la piedra con agua corriente.

Ahora necesitamos recuperar un jarrón donde enterrar el núcleo. Se necesitará una maceta muy pequeña, que se llenará con tierra universal.

Una vez insertada la tierra , hacer un agujero de aproximadamente 1 cm de profundidad e introducir la piedra. Cubrir con tierra y regar la tierra para que permanezca húmeda.

Coloca la maceta en una bolsa de plástico, para que se cree una especie de efecto invernadero. Además, la mayor humedad permitirá una germinación más rápida de la futura plántula.

Coloca el frasco en una zona bastante luminosa, siempre y cuando no le incidan directamente los rayos del sol.

La temperatura ambiente debe rondar los 15 grados y el clima no debe ser demasiado seco. Haz agujeros en la bolsa de plástico para que pueda pasar el aire, pero no riegues la planta.

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El primer brote empezará a aparecer al cabo de unos 2 meses. Luego puedes empezar a regarla y cuando haya alcanzado una altura de unos 8 cm la planta se puede trasplantar a una maceta un poco más grande.