Esta técnica se centra en los brotes auxiliares de tus plantas de tomate, también conocidos como “niñas”. Normalmente estos brotes se podan, pero con este método los dejaremos crecer. Al permitir que estos brotes se conviertan en tallos completos con hojas, flores y frutos, puede aumentar significativamente el rendimiento de su planta de tomate.
Esta técnica funciona mejor para plantas de tomate cultivadas verticalmente sostenidas por estacas o bastones. Las variedades de tomate indeterminadas, que siguen produciendo frutos hasta la primera helada, son las que más se benefician de este enfoque.
Pero, antes de hacer todo lo posible y dejar crecer cada brote, recuerda que la moderación es clave. Demasiados brotes pueden saturar la planta, dificultando la circulación del aire y la estabilidad. Por lo tanto, asegúrese de retener selectivamente algunos brotes mientras elimina otros. De esta manera, puede garantizar una salud y productividad óptimas de las plantas.
Si bien esta técnica amplificará su rendimiento, también requiere un mayor suministro de nutrientes. Por eso es importante proporcionar a tus plantas los nutrientes necesarios. Los fertilizantes orgánicos pueden ser una solución sostenible. Considere utilizar estiércol de granjas no industriales, cenizas de madera ricas en minerales esenciales o una solución líquida rica en nutrientes derivada del café o del agua de cocción de vegetales. Estos fertilizantes orgánicos, ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, proporcionan los nutrientes esenciales necesarios para el desarrollo robusto de las plantas de tomate.
Si sigue esta sencilla técnica y proporciona a sus plantas los nutrientes adecuados, podrá disfrutar de una abundante cosecha de deliciosos tomates. ¡Prepárate para impresionar a tu familia y amigos con tus habilidades de jardinería!