La creencia de que los geranios se pueden cultivar como plantas perennes es definitivamente errónea. En invierno, cuando las temperaturas bajan drásticamente, los geranios entran en la llamada fase de inactividad. Si en este periodo notamos cambios drásticos significa que el geranio está sufriendo las consecuencias del frío.

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A medida que se acerca el invierno, hay que proteger nuestros geranios de las heladas . El riesgo de un cuidado superficial podría comprometer inexorablemente la salud de nuestras plantas. El primer gran enemigo de los geranios es sin duda el frío . De hecho, estas flores prefieren temperaturas suaves y cuando las temperaturas bajan drásticamente, empiezan a sufrir.

El enemigo número uno de nuestros geranios: el invierno

El ciclamen y el frio
Paisaje invernal (Pixabay)

La nieve, las heladas y el viento son los elementos de los que debemos proteger nuestros geranios, en primer lugar, ante los primeros descensos de temperatura, es necesario reducir la cantidad de agua , para evitar que el suelo quede demasiado húmedo. Luego, cuando el frío se vuelva aún más intenso, será muy importante limpiar tus geranios de flores secas y hojas que no estén verdes y tonificadas.

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Además, si tienes la posibilidad, es importante que durante el invierno los traslades a un lugar más resguardado, quizás dentro de casa. Ten cuidado de no guardarlos cerca de radiadores y si puedes, colócalos en una zona muy luminosa de la casa. Si no tienes esta posibilidad, puedes comprar mini invernaderos en centros de jardinería para guardar los geranios.

Si notamos que las temperaturas bajan más y el ambiente comienza a congelarse, es imprescindible dejar de regar . De esta forma evitaremos que la tierra húmeda se congele y provoque la muerte de los geranios.

Durante la fase de letargo y también en primavera es aconsejable fortalecer nuestros geranios mediante el uso de abonos específicos. Incluso si está en hibernación, es importante enriquecer el suelo con ciertos productos nutritivos, para que el geranio esté listo para la recuperación primaveral. Recomendamos utilizar fertilizantes con alta concentración de potasio, o utilizar cáscaras de plátano .

Hacia mediados de marzo, cuando las temperaturas empiecen a subir, podrás empezar a podar tus geranios. Desinfecta las tijeras y procede a cortar las ramas: si tus ejemplares aún son jóvenes, no te excedas en la poda. Si, por el contrario, son geranios maduros, puedes realizar muchas podas.

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Pellizque las puntas de las ramas nuevas y pode las puntas con tijeras esterilizadas. Este sencillo truco actuará como estimulante para el crecimiento de nuevos brotes. La planta quedará mucho más frondosa con un mayor número de tallos y en consecuencia con un mayor número de flores.