Los geranios son espléndidos y coloridos, tan vivos que no puedes prescindir de ellos, ¿quién sabe cuál será su secreto? Pues bien, la Naturaleza ha hecho un notable aporte al colocarlas entre las plantas más presentes para embellecer el hogar en la actualidad. Disponibles en muchos colores, desde el rosa Barbie (solo para mantenerse en la tendencia actual) hasta el rojo sexy e intenso, los geranios son sin duda un placer para la vista.
Otro secreto es su cuidado, si bien la Naturaleza puede realizar su tarea, no deja de ser cierto que estas plantas hay que mantenerlas porque a veces muy poco basta para arruinarlas y empobrecerlas de su extraordinaria belleza. ¿Qué se debe hacer entonces? Descubramos algunas acciones a realizar.
Geranios de agujero, la solución a tu problema está aquí
Por tanto, puede suceder que a pesar del cuidado constante de esta extraordinaria flor, las plantas y en particular las hojas se encuentren en un estado de sufrimiento visible a simple vista. En fin vemos que estas hojas tienen agujeros, está claro que hay una enfermedad, ¿qué es? Estamos hablando de insectos que infestan la planta (esto suele ocurrir durante el período estival).
Estamos hablando de la licenida del geranio , también conocida como mariposa del geranio. Como ya sugiere el nombre, se trata de una polilla que ataca a los geranios de tal forma que causa enormes daños que se pagan caro en caso de descuido de la planta, incluso con su muerte. Así que aquí se explica cómo hacerlo (y qué tener en cuenta) para detectar cuando hay una infestación de licénidos en curso, es decir, este parásito muy peligroso que ya se encuentra en su etapa larvaria.
Los síntomas a notar son la erosión de los cogollos, las hojas con agujeros, los tallos vacíos y negros. En estos casos la palabra clave es prevención: quemar las plantas afectadas por esta mala presencia y eliminar también la tierra. Eliminar las primeras larvas con un algodón empapado en una solución compuesta de agua y ajo.
También existen otras soluciones, como la bacteria Bacillus thurigiensis que produce una sustancia específica que afecta el funcionamiento de estos parásitos. La decocción de ajo o el aceite de neem son otras dos opciones válidas para afrontar esta situación, antes de que sea demasiado tarde.