La glicina es conocida por sus hermosas flores, pero a veces estas tardan en llegar y en algunas situaciones la floración es muy pobre. Podando las glicinas en el momento adecuado podríamos solucionar este problema, estimulando la floración y desarrollo de la planta.

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La poda debe realizarse dos veces al año , una hacia finales del invierno -entre febrero y marzo- y otra en pleno verano , es decir, en los meses de julio y agosto.

Para podar la glicina necesitaremos unas tijeras de podar , que hay que esterilizar antes de su uso, para evitar enfermedades desagradables de la planta. Con estos tendremos que proceder eliminando las ramas secas y los chupones que parten de la base de la planta.

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Además, mientras cortamos las ramas para darle forma a nuestra planta, tendremos que tener cuidado de dejar las ramas con los cogollos . De esta forma estimularemos el crecimiento de la planta, dejándole la posibilidad de concentrar sus energías en la germinación de los cogollos de los que nacerán hermosas y fragantes flores.