Quien no tenga una orquídea en casa no podrá comprender la inestimable belleza de esta planta, pero también el compromiso que requiere mantenerla sana.
Sus flores coloridas y de formas incomparables se abren en primavera para llenar el tallo e iluminar toda la planta.
Pero a pesar del aumento de temperaturas que generalmente se produce en primavera, la orquídea sigue siendo una planta bastante delicada que puede verse desestabilizada por pequeños detalles a los que a veces ni siquiera prestamos atención.
Para garantizar que su planta se mantenga saludable y tenga una vida larga, aquí tiene algunos consejos prácticos de los mejores expertos en orquídeas.
Limpieza de las hojas
Uno de los principales consejos de los expertos es mantener las hojas de esta planta siempre limpias. En las especies más comunes, como la Phalaenopsis, las hojas son muy grandes y desempeñan un papel clave en el proceso respiratorio de la planta. Es importante mantenerlas limpias para evitar que las hojas sean atacadas por plagas, especialmente durante los meses más cálidos.
Para limpiarlos, mezcla 30 gramos de virutas de jabón de Marsella con 500 ml de agua tibia. Mezcle y use esta solución para limpiar las hojas con una bola de algodón. Tenga cuidado de no dejar las hojas demasiado mojadas o húmedas.
Rocíe la corona con agua.
Esta orquídea es originaria de países cálidos y le gustan especialmente las zonas húmedas.
Para crear este ambiente natural, es necesario mantener una humedad suficientemente alta, nunca por debajo del 55%. Por eso esta planta se suele colocar en el baño, donde la humedad es mayor que en otras estancias de la casa.
Para mantener un nivel de humedad alto en todo momento, según los especialistas, basta con pulverizar un poco de agua sobre la copa de la planta cada 2 o 3 días. Este procedimiento es especialmente necesario en la temporada de calor.
Evita la luz directa
La luz es un elemento fundamental para tener una planta siempre verde y sana. Por eso es necesario encontrar la ubicación adecuada para su planta.
Elija un lugar donde haya luz solar pero nunca directa. Lo ideal es colocar la orquídea en el alféizar de una ventana, detrás de un cristal opaco o una cortina filtrante. De este modo, la planta recibirá una luz débil sin ser demasiado brillante.
Si notas que las hojas se vuelven amarillas o se secan prematuramente, es posible que a tu planta le falte luz. Por otro lado, si los bordes de las hojas se oxidan y los cogollos caen antes de haber florecido, es señal de demasiada luz.