Por ello, en lo que respecta al llamado olivo bonsái, a continuación te presentamos algunas medidas que podrían ser adecuadas para ti en cuanto a un mantenimiento sano, correcto y equilibrado de la planta. Si al final de la temporada ves una floración abundante de tu planta, comienza cortando con cuidado y delicadeza en la base todas las ramitas que hayan producido flores.
No te apresures, tómate tu tiempo para no cometer errores superficiales. Una vez finalizado este procedimiento, proseguir siempre cortando y, en particular, podando todos los nuevos brotes: en definitiva, acortarlos de forma que se favorezca un crecimiento más rápido y sobre todo exuberante . El objetivo es eliminar lo que, en cierto sentido, podríamos considerar más viejo y maduro, dejando en su lugar unos puñados de hojas nuevas.
Pero, ¿cómo se produce este paso específicamente? Pues este es un momento muy delicado, y concretamente nunca debe pasar desde la raíz sino siempre desde más o menos la mitad del entrenudo. En este punto, por tanto, notarás cómo las hojas nuevas son visiblemente más pequeñas que las demás: no pasa nada, es sólo el resultado de la exposición al sol y del aumento de la vegetación en la planta. Finalmente, culmina todo con una limpieza enérgica y cuidadosa del tronco de tu planta.