Las suculentas se encuentran entre las plantas más bellas y apreciadas por su gran variedad de colores y formas Sin embargo, muchos cometemos el error de tenerlas en casa para decorar espacios y ambientes, y en poco tiempo la planta se “estira” y se deforma.

Es normal asociar el estiramiento y deformación de la planta suculenta con su proceso normal de crecimiento, pero no es así en absoluto. La planta asume esa forma particular como respuesta a la falta de luz, y el fenómeno se llama etiolación .

Todas las plantas, incluso las de interior, necesitan una determinada cantidad de luz para realizar la fotosíntesis y producir suficiente clorofila para mantener su color y desarrollo. Cuando no hay luz, las plantas suculentas se ven obligadas a crecer rápidamente para buscar una fuente de luz.

Una planta que sufre etiolación también mostrará hojas pálidas debido a la falta de clorofila, pero también puede presentar uno o más de los siguientes signos:

  • Las hojas se ven más pequeñas.
  • El tallo es más largo y más débil.
  • Aumentar el espacio entre cada hoja.
  • El tallo se inclina hacia un lado.

Si su planta presenta uno o más de estos síntomas, es probable que esté sufriendo de etiolación. No lo expongas inmediatamente a la luz directa durante muchas horas, porque podría quemarse. Siga las instrucciones a continuación para recuperar una planta que sufre etiolación .

  1. Retire las hojas que sean pequeñas y estén muy separadas. Lo más probable es que ya tengan una apariencia débil. Seleccione hojas sanas y consérvelas para propagar nuevas plantas.
  2. Una vez que el tallo esté libre, use un cuchillo afilado y desinfectado para cortar la parte superior. Haz un corte limpio.
  3. Deja curar el trozo extraído de la planta suculenta durante 5 días en un lugar fresco y sin sol directo, para luego poder trasplantarla.
  4. Coloque las hojas que recogió del tallo en una maceta con tierra para macetas suculentas. No es necesario que los pongas en la tierra para macetas. Rocía un poco de agua y, una vez notes las primeras raíces, riega cada tres días pero evitando crear agua estancada.
  5. Una vez que el esqueje de la suculenta se haya secado, llega el momento de trasplantarlo a una maceta con tierra nueva. Recuerda drenar bien la planta para favorecer el nacimiento de raíces, y regar poco.