Como ya hemos dicho , la orquídea es una de las plantas más bellas y elegantes que existen en la naturaleza. Precisamente por eso es ideal como regalo, porque siempre es un placer tenerlo en casa. Lamentablemente, ella es extremadamente delicada, por lo que muy a menudo la vemos morir o sufrir. Una vez que se advierte esta situación, es importante actuar rápidamente para salvarla.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR -> Regar la orquídea con el método del lavabo. es sensacional
El problema más común es la pudrición de las raíces , especialmente en otoño e invierno, una patología que supone la muerte de las raíces y hojas de la orquídea. Las condiciones que provocan este problema muchas veces son atribuibles a un riego incorrecto, que ha provocado el estancamiento del agua, provocando que las raíces se enmohezcan. O una iluminación deficiente, especialmente en invierno.
Si la planta tiene raíces deterioradas y hojas caídas , para revitalizarla es necesario crear las condiciones óptimas que garanticen su supervivencia. El primer paso que tendrás que hacer será retirar los restos del sustrato de las raíces secas, y con unas tijeras esterilizadas cortar las raíces secas las cuales tendrán un color marrón oscuro.
Luego prepara un recipiente con agua tibia al que puedes agregar un enraizante, sumerge la planta durante aproximadamente una hora. Coge una bolsa de plástico más grande que la planta pero sobre todo transparente. Saca la planta del agua y aplica el fungicida.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR -> Orquídea atacada por insectos, sálvala con unos pocos movimientos. Despedirlos es un juego de niños
Coloca la planta en la bolsa de manera que las raíces queden en la otra esquina de la bolsa y no estén en contacto directo con el musgo. Cierra herméticamente la bolsa con la planta dentro, con cuidado de no aplastarla. De esta forma recrearás el microclima con las condiciones óptimas para que la planta vuelva a brotar. Espera unas semanas y cuando la planta tenga nuevas raíces de unos 2 o 3 centímetros podrás trasplantarla.