Al igual que el romero, la albahaca es una de las plantas aromáticas más utilizadas en los hogares para realzar muchas preparaciones. Su ventaja radica en su olor y su sabor muy fuerte y presente que permite también dar sabor a los platos. Sin embargo, la albahaca no es solo un ingrediente importante en la cocina. También es una planta aromática que contiene muchas virtudes como propiedades antiinflamatorias o antioxidantes. Además, la albahaca tiene cierta capacidad para limitar la proliferación de bacterias, virus y hongos. Y si tienes un tiesto de albahaca en el alféizar de la ventana, seguro que te das cuenta de queesta planta es bastante caprichosa y puede deteriorarse fácilmente. Si notas rastros de podredumbre en las hojas de albahaca, puedes darles una segunda vida adoptando este truco de la abuela.
Salva un basilisco podrido con esta técnica de la abuela
Una de las reglas de oro a seguir para tener una albahaca siempre sana y nunca en peligro de pudrirse es preparar una tierra bien drenada y llena de nutrientes. Para ello, por lo tanto, puede utilizar un fertilizante, idealmente orgánico y en forma líquida, que debe agregarse cada 2 semanas.
Además, debe asegurarse de que el suelo reciba la cantidad correcta de nitrógeno . Tenga cuidado porque la adición excesiva de nitrógeno promueve la proliferación de enfermedades fúngicas y parasitarias.
Por el lado del riego, debe proporcionarle riego regular a la albahaca , especialmente si la está cultivando en áreas con climas cálidos y secos. Riegue una vez al día. En cuanto a la cantidad de agua, haz la prueba del dedo para saber si la tierra está seca o húmeda.
Debes saber que la causa de la pudrición es el exceso de riego. Cuando vea signos de desgaste, debe verificar que la maceta sea lo suficientemente grande y tenga orificios de drenaje. Además, si el suelo está muy húmedo, debes mover la planta a un suelo más seco. Finalmente, recuerda quitar todas las hojas dañadas y limpiar las hojas restantes para prevenir el desarrollo de enfermedades fúngicas.