La orquídea es una planta tropical que se ha vuelto muy popular con el tiempo. Originaria de Asia, Centroamérica y Sudamérica, tiene algunas particularidades a las que debes prestar atención si quieres cultivarla. La orquídea se cultiva principalmente en interior dependiendo del clima templado de nuestros hogares.

En su entorno natural, la mayoría de las orquídeas crecen de forma natural en los troncos de los árboles. Por tanto, debemos prestar atención al primer factor fundamental para el cultivo de esta planta, que es el suelo. Veamos cuál es la mejor manera de satisfacer las necesidades de la orquídea.

La orquídea: una planta con necesidades especiales

Si ya tienes una orquídea, habrás notado que no está plantada en el suelo común al que estás acostumbrado. Las orquídeas son plantas que no necesitan tierra para hacer crecer sus raíces, sino espacios porosos y ventilados. Es por esto que sus raíces son aéreas, es decir, crecen a partir del suelo, buscando humedad en el ambiente.

La orquídea Phalaenopsis es la especie de orquídea más común. Es la especie más vendida en floristerías y la más cultivada en apartamentos. Para que crezca correctamente, es necesario preparar un suelo especial adecuado para orquídeas.

La tierra para macetas común y corriente no es adecuada para las necesidades de las orquídeas. Una buena tierra para macetas de orquídeas incluye elementos que permitan una buena circulación del aire y un excelente drenaje.

Empecemos por la corteza. La corteza es uno de los principales elementos del cultivo de orquídeas. Es un material poroso que recuerda directamente el hábitat biológico de la planta. Colocando trozos de corteza de tamaño pequeño y mediano en tu macetero para orquídeas, asegurarás un buen drenaje y aireación de las raíces.

¿Qué material elegir?
El abeto es sin duda el material más adecuado. Su fibra garantiza porosidad y resistencia al desgaste con el tiempo. Por tanto, es más equilibrado que otros ladridos. Otro material imprescindible para la maceta, que sin duda recuerda a ambientes tropicales, es la fibra de coco.

La fibra de coco retiene bien la humedad. Al mismo tiempo, no impide que el agua fluya o pase entre las raíces de la orquídea. Es un material orgánico seco y estéril. Es precisamente por ello que previene la formación de infecciones que podrían afectar a la planta. La fibra de coco se descompone lentamente: esto garantiza un período más largo entre el trasplante y el trasplante. El coco está disponible en diferentes tamaños de grano o espesores. Las fibras de grano fino parecen cabellos muy finos. También hay fibras más gruesas y terrones de coco que pueden reemplazar la corteza.

Otro elemento imprescindible: la arcilla expandida. La arcilla expandida tiene la capacidad de mantener y recrear el microclima ideal para las orquídeas. De hecho, la arcilla es capaz de retener la humedad y por tanto proteger a la orquídea de las variaciones de temperatura.