Una de las cosas más importantes que puedes hacer para cuidar tus plantas es regarlas. No es fácil saber cuál es el momento adecuado para hacerlo. Hay que hacerlo correctamente para evitar el riego excesivo o insuficiente.

Sin embargo, si adoptas el método de las piñas, esto dejará de ser una gran preocupación.

Una sola piña te dice si es o no el momento de regar tus plantas

Aunque las piñas son más conocidas como accesorios decorativos en Navidad, son ante todo un fruto de conífera que puede abrir sus escamas para ayudar a dispersar las semillas.

Por otra parte, las cierra para protegerlas del choque térmico, de los ataques de las plagas y de los rigores del clima. Por eso las piñas son sensibles a las condiciones climáticas.

En otras palabras, se cierran en un ambiente húmedo y se abren en un ambiente seco y cálido. Y esto es lo que se utiliza para regar las plantas.

No hace falta mirar las hojas de las plantas ni basarse en pruebas, que pueden resultar ineficaces. Basta con utilizar una piña y ya está.

¿Cómo se riega una planta con piñas?

Para ello, sólo tienes que reunir unas cuantas piñas y plantarlas a unos centímetros de profundidad en tus macetas o en la tierra para macetas. A continuación, conviene observar atentamente el comportamiento de las escamas, que son el pilar de este truco.

Así sabrás si la planta necesita agua o no. Como recordatorio, la planta tiene sed cuando las escamas se abren y no es necesario regar si las escamas se cierran.

Otros usos alternativos de las piñas

Las piñas no sólo son útiles para la jardinería. También se pueden utilizar en otras situaciones. Por ejemplo, las piñas pueden utilizarse como mantillo para macetas y como drenaje para la tierra.

Puedes sustituir las tradicionales bolas de drenaje de arcilla por piñas, que son menos caras pero siguen siendo eficaces.

No obstante, siempre puede recurrir al método clásico de observar hojas, tallos y ramas. Pero también puedes hacer la prueba del dedo en la tierra.

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