Muchos consideran la orquídea una planta difícil de cultivar, y de hecho quien se acerca a este ejemplar por primera vez encuentra muchas dificultades, y puede notar al cabo de unas semanas los primeros signos de deterioro de la planta: raíces secas y hojas que empiezan a secarse . caer. Sin embargo, todas estas dificultades se superan fácilmente con unas pequeñas precauciones o trucos que harán que tu orquídea siempre esté fresca como si acabara de sacarla del vivero.
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La orquídea: una planta única con un trato exclusivo
Lo primero que hay que saber sobre las orquídeas es que no se deben tratar como otras plantas , pero sí que requieren una atención especial. En primer lugar, es necesario elegir cuidadosamente el lugar donde exponerlos ya que, al ser especialmente delicados con las corrientes de aire , tanto frías como calientes, si se exponen demasiado pueden dañarse irreversiblemente, provocando la caída de los cogollos y en la mayoría de los casos. casos graves hasta fulminantes. La posición ideal podría ser en el alféizar de la ventana, pero es importante aislarlo de los cambios excesivos de temperatura; El control de la humedad es fundamental para el cuidado de las orquídeas , especialmente en las épocas más calurosas, por lo que se recomienda equiparse con un atomizador y rociar al menos una vez al día.
Otro consejo útil se refiere al suelo a tratar. Es muy importante saber que las orquídeas son plantas epífitas , es decir que crecen en los troncos o ramas de los árboles; Precisamente por eso conviene evitar el uso de tierra común ya que las raíces de las orquídeas crecen y se desarrollan si están envueltas en esos trozos de corteza, la más adecuada sin duda es la corteza de pino .
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El último concepto útil que debemos conocer es el de jarrón , que puede parecer una característica obvia y banal, pero en realidad actúa como un elemento necesario para el correcto tratamiento de la orquídea. La maceta de plástico transparente , aunque a veces sea antiestética en el ambiente hogareño, es fundamental para esta planta ya que no sólo determina su sano crecimiento, sino que gracias a su transparencia también consigue canalizar los rayos del sol hacia las raíces.