Con la llegada de la primavera a las terrazas, balcones o jardines de toda Italia y más allá, el ciclamen comienza a hacer su aparición , poniendo la belleza de sus coloridas inflorescencias al alcance de cualquier jardinero en ciernes. Pocas personas saben, sin embargo, que el ciclamen no es una planta estacional, sino una planta perenne que, si se cuida adecuadamente, puede resistir después del invierno y seguir regalándonos sus flores incluso en la siguiente temporada.
El ciclamen es sembrado en enero por viveristas que lo cuidarán durante toda la temporada de calor , aportando a la planta lo que necesita para un mejor crecimiento vegetativo, llegando en septiembre y octubre con un producto floreciente y atractivo para el mercado. Aquí es donde intervenimos atraídos por los colores vivos y variados de esta planta y por la posibilidad de aportar color al jardín en los meses en los que este color va desapareciendo . Pero ¿cómo podemos evitar que la magia se acabe año tras año?
Ciclamen perenne, ¡lo que tendrás que hacer es resguardarlo durante el verano!
Cuando hablamos de ciclamen, mucha gente piensa en una planta delicada, capaz de florecer durante el otoño y principios del invierno para luego desaparecer inexorablemente. Al menos esto es lo que nos pasa a la mayoría de nosotros, pero esta situación podría evitarse con algunas medidas.
En primer lugar tendremos que prestar atención a la instalación de los tubérculos, cuando nuestra planta haya terminado su ciclo de vida, de hecho, tendremos que almacenar estos tubérculos adecuadamente en un lugar fresco , oscuro y sobre todo ventilado. El rango de temperatura ideal para el mantenimiento de esta planta es de 4 a 20 grados centígrados, por lo que en verano podría ser útil llevarla al interior si no queremos que pierda todas sus hojas.
Durante la fase de reposo vegetativo no debemos aportar agua , esta planta teme mucho la humedad elevada e, incluso durante la fase de crecimiento, debemos regar sólo cuando sea necesario, es decir, cuando los primeros centímetros de suelo estén completamente secos.
El suelo elegido para el cultivo del ciclamen también es fundamental , de hecho hay que recordar que esta planta crece en bosques de montaña donde el suelo es rico, fresco y bien drenado . Por lo tanto, tendremos que elegir sustratos de alta calidad y posiblemente trasplantar nuestra planta antes de la siguiente fase vegetativa para darle espacio al tubérculo y a las raíces para expandirse.
Incluso en casa es posible reproducir esta planta a partir de la semilla que quedará abundante después de la caída de la flor , esta habrá que recogerla y trasplantarla en agosto, de esta forma no obtendremos las flores en el invierno siguiente sino después del 18 meses tendremos plantas fantásticas y listas para florecer.
Por último, será necesario prestar atención a algunos parásitos como el moho gris , al que las plantas de ciclamen están especialmente expuestas. Ante los primeros signos de enfermedad será necesario intervenir con podas específicas o, en casos más graves, con productos específicos.